Estar activo, es otra de las aristas imprescindibles para una vida sana. Entrenar de forma continua, nos ayuda a prevenir enfermedades y mantenernos saludables. Aquí te explicamos su importancia.

Claridad en tus metas

En primer lugar, como asegura el fitness manager, Julián Sosa, debes tener “claros” tus objetivos.

“Es más fácil si una persona que empieza a entrenar, tiene claro sus objetivos, porque es más sencillo orientarlos y así puede ver sus progresos”, asegura.

De esa cuenta, una persona podrá tener un plan de entreno específico, de acuerdo a lo que necesita o quiere.

“Por lo regular, las personas buscan las soluciones rápidas, sin embargo, tienen que tener en cuenta los años que no le han dedicado a ejercitarse”, asegura el experto.

De esa cuenta, asegura, el punto es acostumbrar al cuerpo al esfuerzo físico sin que puedan ocurrir lesiones.

Entonces, ya sea si buscas el peso ideal, o recuperar la fuerza y flexibilidad, primero debes determinar tus preferencias.

De forma común, se cree que los únicos ejercicios válidos son los que ayudan a bajar de peso, pero también necesitamos huesos fuertes, flexibilidad y coordinación, por ejemplo.

Sin nutrición no hay resultados de largo alcance

Pero no debes olvidarte del otro aspecto importante para que tus resultados al entrenar, sean sostenibles: la nutrición.

Ya sea un multivitamínico, o aumentar tus comidas al día, serán los soportes para ayudar a tu cuerpo a mantener el ritmo del entreno constante.

“Por lo regular la gente consume muchos carbohidratos, pero se convierten en grasa. De allí la necesidad de una nutricionista que le designe a la persona una dieta para alcanzar mejores resultados con el entreno”, explica Sosa.

Entonces, todo plan de entrenamiento, debe ir de la mano de un plan de nutrición, pues como asegura Sosa, “no podemos exigirle al cuerpo” adaptarse de forma rápida al esfuerzo.

Y si eso no se atiende, podrías sufrir decaimiento o una baja en tu rendimiento.

El chequeo médico

Por otra parte, siempre que se inicia con una rutina física, es necesario una evaluación médica, para tener un diagnóstico previo y determinar tu estado de salud.

Sosa explica que es necesario antes de empezar una rutina de ejercicio; por ejemplo, si la persona tiene un sobrepeso palpable.

“Si solo es un proceso de reducción o tonificación, con el apoyo de un Personal Trainer y un nutricionista, puede alcanzar los resultados que necesita”, asegura.

Si tú no lo haces, nadie lo hará por ti

Pero, ¿cómo motivarse para empezar? Sosa explica que hay dos tipos de motivación:

  1. La intrínseca: desarrollado por la persona que le permite estar atento de sus resultados. Quizá es la más importante, apunta Sosa, porque “pase lo que pase”, la persona no aparte la vista de sus objetivos.
  2. La extrínseca: aspectos externos que permiten el seguimiento de los objetivos; como el entrenador personal o un asesor en fitness. Incluso, un amigo o la pareja, que hagan “más agradable la experiencia”, explica Sosa.

Sin embargo, las presiones o las voces externas que te reprochen que no haces nada por su salud pueden sobrar, si al final, tú no tomas la batuta para mejorarla.

Así que ya sabes, no solo se trata de empezar a sudar, sino que debes proponértelo como un proyecto para que estar sano, sea parte de ti.

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